Los vecinos

Realmente es desesperante.
 Ya hablaba el otro día sobre la gran dificultad que supone el intentar conciliar el sueño durante el día si tienes la fatalidad de trabajar durante la noche.
 Los vecinos de tu comunidad, en este caso de la mía, parecen ponerse de acuerdo para hacer los ruidos más inverosímiles a las horas más peregrinas.
 Pero bueno, si logras superar lo de los nietos de la de abajo que hacen vida en el jardin o lo de la demenciada del piso superior, que siente un irrefrenable deseo de oir una canción determinada (suele ser la misma tres veces seguidas) a las ocho de la mañana, a lo mejor consigues descansar mínimamente hasta que hace tanto calor en la habitación que finalmente decides levantarte y plantarte en el salón delante del ventilador.
Pero por desgracia, hoy que duermo en casa a las horas normales, es decir me metí en mi cama a las dos de la mañana de un sabado, se supone que los domingos por la mañana no se madruga. Resulta que algún memo sin cerebro ha debido irse de vacaciones sin desconectar su despertador, que para bien ser, debe haber despertado a esta hora a los pocos infelices que no hemos huido a la playa soportando así la canícula estival.
¿Se puede llamar a los bomberos para que desconecten ese objeto endemoniado que lleva sonando con un zumbido insoportable dos horas?
Definitivamente creo que voy a tener que plantearme seriamente el buscar una suerte de bunquer donde poder dormir este verano, o terminaré demenciada. Si sabeis de algún sitio, por favor, avisadme.
 Por cierto, las siete de la mañana, otro pirado acaba de romper un jarrón,o a lo mejor es que no podía soportar más el ruido del puñetero despertador  y tenía le necesidad de estampanar algo contra el suelo hasta que espera que vuelva el vecino para estampanarselo a él.