Wednesday, July 28, 2004

Yo, una profesional como la copa de un pino, confieso que he tenido un lapsus importante. Lo que es peor, soy tan pánfila que lo he comentado en el trabajo. Ya se sabe, el mundo laboral, ese gran campo de batalla.
 Bueno, pues sí, confieso que nunca me han hecho demasiada gracia los cortes,¿pasa algo?, ¿soy a caso peor profesional por eso?. A otras les da asco tal o cual secrección, a mi me pasa con los cortes.
 No me importa pringarme de sangre, no me importa que sea de otra cosa (bueno, me importa pero puedo superarlo), pero los cortes...
Vivía yo con esta tara añadida a las muchas que acompañan mi existencia cuando mi vecina (dichosos vecinos), se rebanó parte del dedo con un cuchillo cuando descongelaba la nevera...Yo tampoco sé q hacía con el cuchillo, vale, pero centremonos.
 El caso es que se presentó en la puerta de mi casa con el dedo churretoso pretendiendo, pobre infeliz, que yo solventara su problemática.
 Una, que es ante todo una profesional que conoce sus limitaciones, llevó a la vecina al baño e inició las maniobras pertinentes para la sanación , al mismo tiempo que percibía los signos inequívocos de un mareo incipiente.
 Si, habeis hacertado, el asunto terminó con la que suscribe fulminada en el suelo, la vecina tronchada de la risa y mi hermana, administrativo brillante, curando a la vecina.
 No os quiero decir la de enteros que perdió mi credibilidad, pero eso no fué lo peor.
 Se me ocurrió la brillante idea de contarlo en el campo de batalla (el hospital) y creo que aún es parte de la bienvenida de cualquier nuevo residente: " Esta es Fulanita, se marea con los cortes pero por lo demás es buenísima profesional". Si cuando yo digo que soy mema...

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