De mi madre y yo

No sé cuando la relación con mi madre empezó digamos q a enrarecerse. El caso es q soy más consciente de q no es normal desde q trabajo.
No es q mi trabajo sea mejor o peor que el de nadie, claro q no, pero el caso es q el mio tiene unos condicionantes determinados q mi madre no termina de comprender.
Veamos el ejemplo:
Una servidora se dispuso a doblar durante el verano, para aquello de ahorrar para la casa (q luego dicen q somos el país más gastón y el q menos ahorra), bueno, el caso es q la media de horas q he estado en casa o sin trabajar ha sido de 8 al día, en esas 8 horas he vivido y dormido y comido, además de ir y venir a los dos sitios, uno de ellos dista de mi casa 35kms (gracias a Dios mi vida social es la de un mejillón y por ello no se ha resentido demasiado). La verdad es q lo q intentaba basicamente era dormir, a pesar de los vecinos, las amigas de mi madre q la llaman aunq saben q está en la playa y la niña de arriba con el disco de la Bebe.
No más se va mi madre a la playa, me dice q no suba el toldo, q entra mucho sol, como si fuera eso importante, q debe creerse ella q soy Vampira. Bueno, el caso es q después de preguntarme por los tiestos cada día q llamaba, el colofón llega el día q vuelve. Lo más importante: La casa tiene polvo. Claro q lo tiene, al menos la casa...
-¿y donde está la leche q compramos hace 15 días?
-Pues donde va a estar, en el maletero del coche, pero temenos 29 litros en el armario.
-¿y la coca cola?
-Pues en el maletero, q la leche se sentía sola.
- No lo comprendo, bla bla bla...
Es estupendo, cada año bato records y deja de hablarme antes.
Y eso q no le dije q tenia preparada la mascarilla para dormir en mi habitación sin limpiar el polvo, q mientras los bichos no me ocuparan la cama no pensaba limpiar.